Con los altibajos del 2020, entre reducción de horas, trabajo remoto, objetivos que se han ajustado forzosamente, licencias, despidos, la situación ha cambiado la forma en que las empresas operan. En consecuencia, las organizaciones han tenido que reajustar las estrategias de gestión de desempeño. Probablemente esto haya afectado al modo en que los trabajadores remotos se comunican, cuanto se compensa a cada miembro y las oportunidades que se les ofrecen.
Es por eso que una adecuada gestión de rendimientos es imprescindible.
En palabras sencillas, la gestión del rendimiento es el proceso de revisar el desempeño laboral de los empleados y los objetivos de desarrollo de la organización. Esto implica monitoria el logro de metas y usar métricas de desempeño para aprender sobre las mejores tácticas administrativas actuales. Al hacer un análisis de éxitos y fracasos, se puede identificar mejor las fortalezas de la empresa y a la vez aprender de sus errores.
Si se hace bien, la gestión del rendimiento puede motivar a los empleados a participar en su trabajo, aumentar su productividad, a la vez que proporciona información valiosa acerca de cómo mejorar el enfoque de gestión.
Hay que tener en cuenta que las estrategias de gestión del rendimiento no son iguales para todas las empresas o equipos, ya que varían según los objetivos y misión que cada una tenga.
Los dos tipos comunes de gestión del desempeño son la gestión continua y las evaluaciones anuales.
Las evaluaciones anuales son el método más tradicional y más utilizado por las empresas. Es un método que implica realizar revisiones una o dos veces al año para evaluar el desempeño de los empleados y establecer las futuras metas. Si bien es el más común, no es el más recomendado. Esto es debido al extenso papeleo formal que conllevan las evaluaciones, lo que hace que se pierda tiempo entre revisión y revisión y termina por generar ansiedad en los empleados.
La gestión continua de rendimiento es similar, solo que implica reuniones periódicas de control a lo largo del año y comentarios y criticas en tiempo real en vez de una vez al año. Este es un enfoque bastante popular que se va adoptando de a poco con los años, ya que cuenta con herramientas especificas para realizar un continuo seguimiento del desempeño de los empleados a los largo del año.
Independientemente del modelo, la gestión del rendimiento es un proceso que requiere la constante cooperación tanto de recursos humanos, de los gerentes como de empleados. Esto es así porque la gestión del rendimiento no solo evalúa cómo pueden avanzar los miembros individuales del equipo, sino también el potencial de crecimiento de toda la organización.
El cambio al trabajo remoto ha hecho que la gestión del rendimiento sea aún más valiosa y relevante porque:
El covid-19 ha golpeado fuertemente la moral de muchos empleados, acá es donde entran en juego recompensas y reconocimiento de empleados. Hay estudios que demuestran que los empleados que se sienten reconocidos por la organización no solo cumplen sus roles de manera correcta sino que también son capaces de trabajar más duro.
El reconocer y recompensar el buen trabajo de los empleados es algo muy sencillo. Se pueden implementar el envío de correo electrónico de agradecimiento, una tarjeta de descuentos de regalo, un día adicional de descanso. Este tipo de reconocimientos encada perfecto en el proceso de gestión del desempeño continuo. A través de discusiones de desempeño y comentarios e tiempo real se puede determinar a quién se recompensará y recompensarlo en el momento sin tener que esperar los resultados de la evaluación anual.
Mantener a los empelados comprometidos en un entorno remoto puede llegar a ser complicado, especialmente para las organizaciones que por primera vez en 2020 han pasado a trabajar de este modo. Muchas han tenido que descubrir cómo trasladar las actividades típicas y la comunicación de los empleados al ámbito digital.
Aquí la gestión del desempeño abre canales de comunicación entre empleados y gerentes, además de cultivar la cultura de apoyo y aliento, necesaria para ayudar a los empleados a mantenerse comprometidos.
Una estrategia de gestión del rendimiento eficaz permite mantenerse al día con el desarrollo de los empleados. Junto con las revisiones y controles regulares habrá reuniones frecuentes con cada empleado para discutir su desempeño y progreso de objetivos. Esto presenta una excelente oportunidad para ayudar a los empleados a diseñar sus planes de promoción profesional. Si bien las oportunidades dependerán del área, tipo de organización y contexto, las opciones más comunes incluyen programas de tutorías, cursos de aprendizaje, permisos de rotación de puestos para tener conocimiento de las responsabilidades de otras áreas.
Estar atento y colaborar con los planes de desarrollo de los empleados les demuestra que la organización los considera capaces de hacer más y que estará dispuesta a apoyarlos a largo plazo.
En conclusión, mantenerse al día con sus empleados monitoriando su desempeño siempre será una estrategia esencial, más aun con el panorama económico tan cambiante. Priorice su estrategia de gestión del rendimiento y estará destinado a un ambiente laboral de excelencia y una alta productividad.
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